México extradita a 26 narcotraficantes a Estados Unidos en operación discreta

El Gobierno de México ha dado un nuevo paso en su colaboración con Estados Unidos al entregar este martes a 26 criminales vinculados al narcotráfico, entre ellos figuras clave del Cartel de Sinaloa, el CJNG y Los Zetas. Esta acción, aunque técnicamente no se trata de una extradición formal, marca un precedente en la cooperación bilateral, especialmente en un contexto de tensiones diplomáticas y amenazas de acciones militares por parte de Washington.

Las autoridades mexicanas han enfatizado que la entrega se realizó bajo el marco de la Ley de Seguridad Nacional y con la garantía de que los acusados no enfrentarán la pena de muerte. Entre los extraditados destacan nombres como Abigael González Valencia, “El Cuini”, brazo derecho del líder del CJNG, y Servando Gómez, “La Tuta”, exlíder de Los Caballeros Templarios. La discreción ha sido una constante, con México evitando revelar detalles hasta una conferencia de prensa programada.

Este movimiento recuerda la entrega de 29 narcos en febrero, incluido Rafael Caro Quintero, en una maniobra legal que evitó los engorrosos trámites de extradición. La estrategia parece repetirse ahora, en un momento en que ambos países buscan aliviar tensiones comerciales y de seguridad. Sin embargo, la sombra de una posible intervención militar estadounidense sigue presente, pese a los desmentidos de la administración de Claudia Sheinbaum.

La embajada de EE.UU. ha calificado esta acción como un “hito” en la cooperación bilateral, destacando el compromiso de México contra el crimen organizado. No obstante, persisten dudas sobre los mecanismos legales utilizados, especialmente tras la polémica generada en febrero por la falta de claridad en los fundamentos jurídicos. Lo que queda claro es que, más allá de las formalidades, ambos países están intensificando su lucha conjunta contra los carteles, aunque con enfoques y prioridades que no siempre coinciden.

La experiencia demuestra que estas acciones, si bien simbólicamente poderosas, no siempre impactan a largo plazo en las estructuras del narcotráfico. Los carteles han mostrado una capacidad de adaptación sorprendente, regenerando sus liderazgos y operaciones en cuestión de meses. La verdadera batalla, como bien saben quienes han trabajado décadas en este campo, no se gana con extradiciones puntuales, sino con estrategias integrales que ataquen las raíces económicas y sociales del problema.

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