Brote de panleucopenia felina en McAllen deja decenas de gatos muertos y alerta sanitaria

La ciudad de McAllen, en Texas, enfrenta una situación crítica tras la detección de un brote de panleucopenia felina, una enfermedad viral altamente contagiosa que ha cobrado la vida de al menos 40 felinos en las últimas semanas. Este patógeno, que afecta exclusivamente a gatos, se transmite mediante fluidos corporales y puede resultar letal, especialmente en animales no vacunados o con sistemas inmunológicos debilitados.

La comunidad local ha manifestado su preocupación ante el rápido avance del virus. Residentes como Erica Elizondo han relatado experiencias desgarradoras al encontrar gatos enfermos en sus propiedades. “Tres gatas dieron a luz en mi patio y, aunque intenté cuidarlas, comenzaron a mostrar síntomas graves”, explicó. Los exámenes veterinarios confirmaron la presencia de panleucopenia, caracterizada por fiebre, vómitos y deshidratación severa.

Ana Delgado, otra vecina afectada, descubrió varios cadáveres de felinos en su terreno. “El olor nos alertó. No imaginábamos la magnitud del problema hasta que encontramos los cuerpos”, señaló. Su intento por solicitar asistencia municipal para la disposición adecuada de los restos fue infructuoso, ya que las autoridades no intervienen en propiedades privadas.

El Departamento de Salud del Condado de Hidalgo ha emitido advertencias sobre los riesgos asociados a la mala gestión de los cadáveres. La descomposición de los animales puede contaminar fuentes de agua y suelo, además de atraer vectores como roedores e insectos, potenciales portadores de patógenos. Las recomendaciones oficiales incluyen entierros profundos (mínimo seis pies) en contenedores herméticos, supervisados por profesionales veterinarios, y evitar desechar los restos en basureros comunes.

Expertos en epidemiología animal subrayan que la vacunación es la herramienta más efectiva para contener el brote. La panleucopenia felina, también conocida como moquillo felino, puede prevenirse con esquemas de inmunización regulares desde las primeras semanas de vida. Sin embargo, en colonias de gatos ferales o en hogares con mascotas sin vacunar, el virus se propaga con rapidez, causando altas tasas de mortalidad.

Este incidente ha reavivado el debate sobre la necesidad de programas públicos de esterilización y vacunación masiva para animales en situación de calle, así como protocolos claros para manejar crisis sanitarias de este tipo. Mientras tanto, organizaciones locales instan a los dueños de mascotas a extremar medidas higiénicas y a reportar casos sospechosos a las clínicas veterinarias autorizadas.

La situación en McAllen sirve como recordatorio de cómo las enfermedades zoonóticas —aunque en este caso no afecten directamente a humanos— pueden alterar el equilibrio comunitario y exigir respuestas coordinadas entre autoridades, especialistas y ciudadanos.

También te puede gustar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *